¿Y gustar para cuando?. Eso lo tendremos que dejar para más adelante. No queda otra. No tenemos alternativa. Si se hace un juego vistoso, bienvenido sea. Ahora, si no se puede jugar lindo, GANEMOS.
Eso se hizo frente a Huracán. Se metieron goles, para que los tres puntos queden en casa. Del juego se puede hablar poco, porque prácticamente no hubo. El mismo cuento de todas las fechas, la misma fórmula para enfrentar al monstruo de la categoría. Presión, ahogos, clausura de caminos, y contraataque. River con más paciencia que frente a Atlanta, pero con la misma inexpresividad. Falto de juego, pocas ideas, impreciso. Así paso el primer tiempo. Jugándose el todo por el todo, al comienzo del segundo tiempo Almeyda cambió, y lo hizo bien. Afuera ambos laterales, adentro Maestrico González, quien se ganó un lugar por lo hecho en la copa, y Trezeguet, que se ganó un lugar a fuerza de goles y calidad extrema. Con el maestrico, el equipo ganó mayor tenencia de pelota, levantó el nivel Domínguez y se empezó a sentir a gusto Cirigliano. Tal es así que de una excelente doble pisada del 5, vino la jugada que derivó en el 1-0 tras un centro del venezolano que rebotó en Hernán González, defensor quemero, que quiso evitar el centro, y la metió en su arco. Alivio monumental. Desazón quemera porque el buen planteo que le estaba haciendo a River se veía afectado tras un error. Y fue peor aún cuando a los dos minutos, Beligoy (de pésimo arbitraje) le sacó doble amarilla en una misma jugada a Ferrero, y lo mando a las duchas. Los nervios en el plantel de Huracán crecieron, mientras que River se mantenía calmo apoyado en la ventaja tanto de resultado como de cantidad de jugadores. A la cancha Aguirre para no pasar sobresaltos, afuera Ocampos, de bajo rendimiento. El millonario no mejoraba y el globo con poco molestaba, hasta que aparecieron los distintos para cerrar el partido. Contraataque comandado por Domínguez, con Trezeguet y Cavenaghi por lado. El franco argentino arrastro las marcas, y cavegol recibió un discreto pase, para definir al primer palo de Calviño que nada pudo hacer. Pleito resuelto. Tres puntos fundamentales que se quedaron en casa. Se ganó y punto. No hay que buscar más. Si remarcar la vuelta de Cirigliano, que fue fundamental sin haber rendido en su plenitud. Ahora, quedará ver cómo termina la fecha, y luego a pensar en la finalísima del próximo sábado a las 18.15 hs.
Pròximo partido: River vs Instituto. Estadio Monumental. Ganar o ganar. Jugando bien o jugando mal.
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